Confesión de Fe

• Creemos en la inspiración divina de las Sagradas Escrituras, en la totalidad del contenido de sus documentos originales, redactados sin error, y trasmitido fiablemente en los 39 y 27 libros que componen el Antigua y Nuevo Testamento respectivamente, constituyendo nuestra suprema autoridad en todo lo que concierne a nuestra fe y conducta.

• Existe un Dios único y trino, vivo, verdadero, personal, eterno, perfecto en justicia, infinito en poder, sabiduría y bondad, el cual es Creador y Sustentador de todo lo existente. Que en la unidad de la Divinidad existen tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, los cuales son iguales en sustancia, atributos y Gloria. 

• Jesucristo es Dios manifestado corporalmente, de modo que en El concurren dos naturalezas: La divina, con todos sus atributos, y la humana en absoluta perfección, constituyendo una persona única e indivisible. Creemos en su nacimiento virginal, su vida sin pecado, sus obras sobrenaturales, su muerte sustitutoria y expiatoria, su resurrección corporal, su ascensión, su obra mediadora, y su futura segunda venida personal en poder y gloria.

• La persona divina del Espíritu Santo regenera al pecador y santifica al creyente, en el cual mora, como sello y garantía de su salvación eterna, para fortalecerlo, consolarlo, y conducirlo en una vida de obediencia a Dios. Creemos asimismo que el Espíritu Santo enriquece a la Iglesia con dones espirituales, le da unidad, y la guía en el cumplimiento de la misión que le fue encomendada por Cristo.

• Todo ser humano es, por naturaleza, pecador, con una tendencia innata al pecado, y una conducta pecaminosa. La consecuencia es la destitución de la gloria de Dios. Sólo la acción del Espíritu Santo puede dotarlo de una nueva naturaleza mediante la regeneración, para la cual el ser humano debe arrepentirse y profesar fe en Jesucristo, condiciones indispensables para ser salvo.
• La nueva vida de la persona regenerada es sostenida, asimismo por el Espíritu Santo, quien prosigue su acción santificadora en el creyente, capacitándolo para vivir santamente y servir a Cristo.

• Todos los redimidos constituyen la Iglesia Universal y son miembros del Cuerpo cuya Cabeza es Cristo. Creemos que una Iglesia entendida como congregación local, es una agrupación de creyentes en Cristo, bautizados según las enseñanzas del Nuevo Testamento, unidos bajo la dirección sagrada del Espíritu Santo, para rendir culto a Dios, promover la edificación de sus miembros, practicar las ordenanzas de Cristo y difundir el Evangelio.

• El Señor Jesucristo estableció dos ordenanzas a su Iglesia: El Bautismo y la Santa Cena.
• El Bautismo es símbolo de la muerte al pecado y la resurrección a una nueva vida de aquel que cree en Jesucristo. Se efectúa por inmersión en agua, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
• La Santa Cena conmemora la muerte de Jesucristo y se celebra con las especies simbólicas del cuerpo y de la sangre de nuestro Señor Jesucristo.

• Los que han creído en Cristo para su salvación, serán resucitados en la Segunda Venida de Jesucristo para estar siempre en la presencia de Dios.
• Creemos en el juicio de Dios y la condenación eterna de los que rechazan el Evangelio.

• El matrimonio es una institución divina primigenia creada por Dios, por medio de la cual, libre y voluntariamente, un hombre y una mujer, nacidos como tales, se unen de manera estable y permanente para vivir juntos, amarse, respetarse, ser de ayuda mutua y constituir un hogar de bendición para sí mismos y, en su caso, para sus hijos y el entorno que les rodea. (Génesis 2,24).

• Asimismo la familia, fue diseñada para constituir el germen y la base de la sociedad, por lo que la Iglesia debe desarrollar una pastoral de apoyo con el fin de fortalecer la institución familiar, al creer que el incremento de las familias saludables según el modelo del Evangelio favorecerá también la buena salud de la sociedad.